Nos llamamos profesionales, hacemos un juramento de honor o decimos que respetamos un código de estricto cumplimiento y a veces, nos sobrepasa el interés de ganar a toda costa y no dudamos en descalificar al colega, pasarle por encima o atravesarnos para que nos elijan en su lugar. Esos triunfos efímeros son aprovechables al momento y quizas acumulados puedan rendir fruto en la posteridad pero, suelen dejar secuelas incluso a terceros, como aquellos que tambien se dedican a esa profesión u oficio.
En esas redes de preguntas y respuestas online se evidencia lo mismo entre moderadores cuando se puede acceder facilmente a la respuesta inicial: el primero que responde puede que no vea jamás el pago por su planteamiento el cual resulta ser el más acertado. Otro colega lo "re-interpreta" para decir lo mismo en una versión más apreciada por el público o agrega una palabra o frase que busca la interacción no lograda en principio y asi capta la atención del usuario quien, confundido aceptará pagar el servicio en la última parte de esa conversación, una vez perdida la conexión entre el cliente y el primer interlocutor. Si fuese gratis...¿se presentaría la misma situación?, pues aunque parezca sorprendente, asi es, muchas veces, no sólo está en juego la remuneración fácil sino la fama o renombre.
Evitemos en lo posible participar en estas demostraciones de falta de principios, las cuales no dejan muy bien parada nuestra carrera.
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